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VANGUARDIAS CON ÉXITO?

Adrían Ochoa

Gráfica Pini Arpino

Vicky Roldán


Un hombre engominado y muy clásico mueve su pel­vis. Unos chicos de Liverpool que se dejan el flequillo y hacen llorar a más de una… Se pauperizan, se vuel­ven populares, hasta que un negro quema su alma en una guitarra y explota el mundo. Un niño nace, le ponen de nombre una gran carga, un peso gigante, se llama Salvador y salva el arte de nuevo. Sueña pen­samientos tan volátiles que derriten el tiempo y lo sublevan. Alguien juega con las letras y escribe Ulises, luego juegan de nuevo y sale una Rayuela. Unos cuan­tos se cansan y se vuelven hippies, otros yupies, la desesperación es tal que uno se vuela el cráneo frente a las cámaras…. Luego son varios, miles, hasta que alguien decide no filmarlo y todo se termina. Es siempre así, algo surge, algo nuevo nace, revoluciona, crea nuevas formas hasta que se hacen moda.

Es real: el éxito mata a la vanguardia. Siempre fue así y lo necesitamos tanto.… Para despa­bilarnos un poco, para sacudirnos y darnos cuenta de que estamos vivos, vivos en serio, no muertos vivos. Respiramos y es nuestra obligación romper con lo viejo, crear algo y destruirlo nuevamente.

Estas movidas culturales son tan amplias, tan raras y vienen de todos lados. Antes vivíamos sin imá­genes, sólo con radio, lue­go comenzamos a abrir los ojos pero en blanco y negro, hasta que nos die­ron color y luego alta de­finición. Del analógico al digital, todo nos cambia, modifica la manera de crear nuestra realidad, del tango cocainómano a la prohibición –había que mejorar el negocio-, del rock cannabis a casos sin precedentes de despenalización. De la colonia infantil al paco. De la V de victoria peronista a la V Invasión. Todo nos hace ver que siem­pre está a punto de ocurrir algo. Punks, cumbieros, emos, floggers… todos se rebe­lan, a su manera, en contra de los adultos… ¿Será eso la base de todo? Rebelarse con­tra los viejos… ¿los viejos vinagres? Claro, todos estos movimientos son creados por jóvenes hartos de lo establecido, de los viejos pauperizados que sólo ganan dinero repitiendo una fórmula, viviendo de pose, viviendo de sus glo­rias pasadas… cobrando el eterno cheque de SADAIC sin producir nada nuevo. Viviendo de prestado. ¿Y qué me dicen de ban­das desaparecidas hace 30 años? Bueno, lo deja­mos para otro análisis.

Los jóvenes contra los viejos…. ¿Será por eso que odio la música emo? No los entiendo.

Pero en el fondo nos encanta este proceso eterno de vanguar­dia –éxito- fraca­so-nueva van­guardia. Será por eso que voy a tener un hijo.



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