EPIDEMIA MENTAL
Soledad Arrizabalaga
Gráfica de Valeria Uehara
En El Nuevo Testamento el Apocalipsis es descrito como una Revelación compuesta por un gran número de símbolos y un lenguaje alegórico. Una especie de clave que solo los cristianos contemporáneos a su escritura entendían, pero que era oscuro y misterioso para el resto. La razón de su escritura encriptada, eran las persecuciones a las que era victima la iglesia por parte del pueblo romano. En ese contexto era necesario mantener la fe y la fuerza para atravesar esos tiempos de sufrimiento y persecución con la esperanza de que el mal acabaría. Además de contar con esta interpretación más exacta de acuerdo al tiempo histórico en que fue escrito, el concepto de Apocalipsis connota, entre otras cosas, ideas aterradoras, vinculadas con el fin de la humanidad. Hoy, se ha convertido en una imagen muy recurrida a través de la cual comprender, describir y predecir el devenir de nuestra historia, una visión simbólica sobre un futuro catastrófico próximo.
Tsunamis, terremotos, guerras nucleares, virus, pandemias, conflictos religiosos, deforestación, contaminación y todos los males posibles pronostican la extinción de la especie, y se apoderan de nuestras mentes enfermas. ¿Hasta qué punto esta locura generalizada no es más que otro mecanismo de control de los mass media? convivimos con la idea de fin de los fines entre nosotros.
DISEÑANDO LOS ULTIMOS DIAS
La noción de Apocalipsis está tan sumergida en nuestras psiques hasta el punto de la inspiración. Un estudio de diseño chino creó un especie de ciudad portátil de utilidad post-apocaliptica llamada MAD tiene la forma de una estrella y cubre cualquiera sea nuestra necesidad en caso de q explote la tierra. Según sus propios creadores “Puede aterrizar en cualquier esquina del mundo… se puede auto-sustentar: genera su propia comida, no requiere recursos de la ciudad anfitriona y recicla todos sus desechos; es un lugar viviente, con naturaleza auténticamente china, resorts de salud, centros deportivos y lagos de agua potable. Incluso tiene un cementerio digital, para recordar a los fallecidos.
Siguiendo con la creatividad de Oriente, Kenji Yanobe es otro artista obsesionado con la idea de de un futuro desolador y apocalíptico. Tiene un estilo retro con una visión muy particular de la tecnología y los avances de la humanidad. Sus creaciones son gigantescos robots de aluminio, acero y restos de materiales industriales desechados, trajes detectores de radiación con ducha anti-agentes contaminantes incorporada, máquinas q sirven de deposito para liquidos y gases; coches equipados para medir la radiación, refugios de emergencia super-equipados en caso de catástrofe nuclear. No cabe duda de que la concepción del mundo futuro de este artista, como de muchos otros, es chocante y muy pesimista.
Parece q el “no future” de los sex pistols está mas vivo que nunca.
¡Y no vaya a ser que el mundo se termine y no estemos vestidos para la ocasión!, por si algo faltaba la línea de ropa post-apocalíptica Demron es la salvación! Consiste en una colección de prendas patentadas por Radiation Shield Technologies en el rubro nanotecnologia (campo de las ciencias aplicadas dedicado al control y manipulación de la materia a una escala menor que un micrómetro, es decir, a nivel de átomos y moléculas, nanomateriales)* y que además de ser livianas y estéticas nos protegen de peligros radiactivos, biológicos, químicos y radiológicos. Su efectividad fue comprobada en el Laboratorio estadounidense Lawrence Livermore, donde bloqueó por completo todo tipo de emisiones nucleares, rayos X y hasta rayos gamma. Tanto
Siempre la sociedad ha alucinado con el fin del mundo, por suerte hasta ahora las predicciones han sido fallidas sino este articulo no hubiera sido posible. A pesar de que el pavor apocalíptico no es algo nuevo, hubo cometas, invasiones extraterrestres, fines de siglo nunca estuvo tan a la orden del día como en la actualidad. También han cambiado las causas de su imaginario que hoy se adivina como consecuencia del comportamiento desordenado del hombre sobre el planeta y sobre el resto de los hombres. Pero existe al mismo tiempo una contracorriente de este fenómeno. Millones de personas que eligen un cambio en la calidad de vida, una revolución de energía y que optan por ver el Apocalipsis como el inicio de una ruptura positiva, un renacer, la oportunidad de crear esperanzas donde no las hay. Acaso, ¿por qué razón no ha de evolucionar la humanidad? Es mejor pensar como dice la frase trillada: “no hay mal que por bien no venga” y vivir más optimistas.
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