LA HISTORIA DE LOS SIN HISTORIA
Pablo Jarab
Gráfica Lucas Chami
La idealización y el preconcepto es lo que los que no somos unos de ellos, tenemos como única fuente de conocimiento de sus vidas. De sus vidas, de sus muertes, de sus andanzas, de su cultura, de sus costumbres, de su mundo, el ‘mundo gitano’. Es todo tan difuso (para nosotros los ignorantes) y lo es también su historia, lo son sus orígenes. Su nombre es quizás lo más preciso que podemos tener de ellos: Gitano proviene de cuando fueron ingresando a Europa, allí los confundieron con egipcios por lo que los denominaron egiptanos que nos lleva hasta el actual gitanos. La confusión se debió a su piel roja y cobriza semejante a la de los habitantes del norte de África.
Lo de ellos todo es diferente, por eso atraen, por eso repelen. En esta globalización que carcome ellos siguen fieles a sus hábitos (nada más alejado a una rutina). Son libres, o por lo menos se los ve así, quizás es uno más de los preconceptos que existen en la sociedad, la misma que los discrimina, segrega y separa por miedo, desconocimiento y por malas experiencias.
Decimos que un gitano nos robó, pero también nos robó un vecino del barrio, un político querido y una madre patria. Al vecino lo volveremos a saludar, al político se lo vuelve a votar y a los otros se los admira, pero a los gitanos les escaparemos para siempre.
Es poco conocido que, según estudios, los grupos originales hicieron sus primeras migraciones desde el norte de
Volviendo al avance hacia el oeste fueron bien recibidos, en un principio, en cada país al que arribaban, pero esa bienvenida fue convirtiendosé con el correr de poco tiempo en separación, persecuciones, esclavizaciones y hasta en intentos de expulsión por parte de los estados europeos que les dieron la sutil oferta y opción de que se sedentaricen o hagan trabajos forzados; de que se vayan o sufran la pena de muerte. Todo esto por el hecho de ser diferentes, de mantener costumbres ancestrales y de no asimilarse.
Llegaron después de haber pasado por Asia, África y Europa por fin a América supuestamente de la mano del mismísimo Cristóbal Colón en 1498. Luego llegarían pero en más número a toda Latinoamérica para recorrer todas sus venas abiertas y caminos cerrados, trayendo sus suelas gastadas y alegrías tristes y desterradas.
Es un pueblo como cualquier otro, pero diferente como él solo. Esto último no le impide tener su bandera, su himno y otros rasgos identitarios, pero ¿Qué le falta? O más bien ¿Qué no tiene? Lo que no tiene el pueblo gitano es un estado propio, delimitado por fronteras, reconocido como país, no tiene un Estado de Israel como obtuvo el pueblo Judío ni tampoco una provincia autónoma dentro de otro país. ¿Y si esa Romanestán existiera? ¿Dónde estaría? ¿Quién la gobernaría? Pero la pregunta más importante es
¿seguirían teniendo esencia Gitana quienes la habiten? Obviamente no vivirían todos ahí ya que sería imposible, como no todos los Argentinos viven en Argentina ni todos los Estadounidenses (así sedice) en Yanquilandia (así no se dice). Quizás se convierta en un Ghetto enorme y sin sentido.
Tuvieron también su propio holocausto por parte de los nazis llamado por el pueblo Rom Porraimos, que significa la destrucción. Fueron internados y ejecutados en masa. Fueron masacrados y asesinados por la raza que creyó ser superior, esta vez más físicamente que nunca. Esto no es tan recordado ni tampoco fue bien registrado como la mayor parte de la historia gitana, al menos que se sepa entre los no gitanos. Siempre hay que dejar la puerta abierta a que ellos son los dueños de su pasado, alegrías y tristezas (ay que pena!).
A fines del siglo XX experimentaron otro gran desplazamiento hacia el oeste especialmente desde la zona balcánica hacia Europa occidental. Otra vez serían discriminados y separados aunque no con tanta saña como en los avances anteriores. A lo largo de su historia de huellas interminables fueron levemente respetados, admirados como magos, hechiceros e ilusionistas, tildados de ladrones y estafadores; expulsados, desterrados, castigados y matados por otros que creyeron (o todavía creen) ser superiores. Se dice que lo que no mata fortalece pero lo que mata, mata.
Su nombre es Rom, Su idioma es el Romaní, su hogar es el mundo entero, su familia son sus hermanos cosmopolitas, sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos y sus andanzas son eternas.
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